Algunas de las razones que hacen que las PYMES rechacen la idea de exportar y cómo solucionarlo
Hay todo tipo de razones por las que los dirigentes de nuestras PYME’s rechazan exportar: «no tengo cabeza para eso», «mi producto no es el adecuado», «no cuento con personal preparado», «no tengo medios financieros»… Sin embargo, para muchas empresas, sobre todo las innovadoras, la exportación constituye su palanca de desarrollo.
Primera barrera para exportar: la empresa en sí misma. Aventurarse a exportar es sobre todo voluntad de la gerencia de la empresa. El primer obstáculo lo constituyen los frenos psicológicos, el medio a lo desconocido, el riesgo financiero que hay que asumir, la falta de tiempo…
El «supuesto» esfuerzo para exportar parece desmesurado tanto para empezar como para mantenerse. Las estadísticas, además, les dan la razón. Tal y como hemos evocado en mi anterior post: «La internacionalización de la pequeña empresa», las estadísticas ponen de manifiesto que, por ejemplo, en 2015, de las 147.378 empresas exportadoras, únicamente el 32% es considerado exportador regular, esto es, con presencia en mercados internacionales durante los últimos cuatro años.
¿Es la empresa su propio enemigo? Para esas barreras que acabamos de mencionar y que bloquean el acceso a exportar, se podría decir que sí. Sin embargo, las empresas están expuestas a la influencia de otras empresas que están mejorando su competitividad gracias a la exportación y también y cada vez más, a competidores internacionales. ¿Podemos dar la espalda a esta realidad?
Afortunadamente, hoy se cuenta con mucho apoyo institucional para ayudar a PYME’s a superar estas barreras que les hacen rechazar la idea de exportar. Hay ayudas económicas y programas subvencionados que incluyen la contratación de un experto que pueden desbloquear cada una de esas preocupaciones que tiene el empresario: ¿puedo exportar?, ¿mi producto es el adecuado?, ¿cómo me financio?, ¿puedo externalizar la exportación?, ¿cómo lo hago?, ¿hacia qué mercados?, ¿hay normativa específica?, etc.
Para empezar a exportar, los dirigentes de PYMES no esperan únicamente políticas de ayudas económicas, sino más un acompañamiento profesional. ¿Hay demasiados actores? ICEX, Cámaras de Comercio, Gobiernos Autónomos, Diputaciones, asociaciones empresariales, consultorías de exportación… La multitud de dispositivos convierte algo que tendría que facilitar la vida al empresario en algo complejo: no sabe cuál es el más pertinente para su situación.
La experiencia de la persona que vaya a asesorar en la materia es fundamental. Y digo persona, no institución, organismo o empresa. Lo que quiero decir es que independientemente del dispositivo que se utilice, lo importante es quién es el consultor. La experiencia y sensibilidad de esa persona va a resultar determinante en el proceso. Tiene que contar con experiencia internacional, tanto en procesos de internacionalización como experiencia comercial internacional sobre el terreno. Y además, entender qué es una PYME y la realidad de un dirigente de PYME en el día a día. Y por supuesto, implicarse en la empresa y sentirla como suya.
Tanto si quiere empezar a exportar, como si quiere consolidar presencia en mercados exteriores, podemos ayudarle. En EXPORTISE, somos esa clase de consultor. Cuéntenos su caso sin ningún compromiso.